miércoles, 3 de enero de 2007

Biografía


La novelista inglesa Agatha Mary Clarissa Miller, nació el 15 de septiembre de 1890 en Torquay (Devon), Inglaterra. Era hija de Frederick Alvah Miller, de origen norteamericano, y de la inglesa Clarissa Margaret Boehmer, cuyo padre era mienbro de la Armada Británica. Fue la menor de tres hermanos, Margaret Frary Miller (1879 – 1950), llamada Madge, once años mayor que ella, y Louis Montant Miller (1880 – 1929), llamado Monty, diez años mayor.

Hija de una familia de la burguesía medianamente acomodada, vive una infancia plenamente feliz en un escenario campestre encantadoramente británico, sin duda reflejado posteriormente en muchas de sus novelas. Infancia, que, por otra parte, discurre por los cauces más anárquicos en lo referente a enseñanza, ya que nunca fue al colegio, de hecho, aprendió a leer por ella misma a los cinco años, siendo educada en casa.

Su padre, al que adoraba, falleció cuando ella tenía once años, dejando a la familia en una no muy buena situación económica, por lo cual su madre decidió alquilar la casa familiar durante los inviernos y trasladarse ellos a Egipto, lo que resultaba mucho más barato, de modo que ya desde muy jovencita Ágata empieza a viajar y a conocer mundo.

A la edad de 16 años marcha a París a la escuela de la señora Dryden para estudiar canto, danza y piano, pero descubre que realmente no está dotada para ello y regresa a casa.

Se casó en primeras nupcias con Archibald Christie en la Nochebuena de 1916, pero, el esposo que parecía fiel, se enamoró de otra. La crisis provoca el mayor enigma de la vida de Agatha: su desaparición, durante once días, en diciembre de 1926.

Tras el divorcio en 1928, la escritora residió dos años en las Islas Canarias, donde escribió El enigmático Mr. Quinn y El misterio del tren azul.



Después de este matrimonio, emprendió una lucrativa carrera de asesinatos, iniciada con El misterioso caso de Styles, que la llevaría a la fama, la convertiría en millonaria reina del crimen e induciría a Bertrand Rusell a manifestar que, “desde Lucrecia Borgia, ninguna mujer ha ganado tanto dinero con el delito como Agatha Christie”.

Luego, Agatha conocerá a Max Mallowan, un arqueólogo que se le declaró así: “¿Quieres compartir el futuro con alguien cuya profesión consiste en desenterrar muertos?”. Agatha dijo: “Me encantan los cadáveres. Vivo de ellos”. Y se casaron. Y viajaron por Siria, por Turquía… lugares donde Agatha “encontró” cadáveres con los que urdir más novelas.

Agatha junto a su segundo esposo, el arqueólogo Max Mallowan
en la excavación de Tell Halaf

Durante la II Guerra Mundial se quedó sola en Londres, y si bien triste por la ausencia de Max, su actividad no decayó. Volvió a una farmacia militar, donde puso al día sus conocimientos y escribió sin cesar. Su hija Rosalind se casó y enviudó, pero tuvo tiempo para darle su único nieto, su adorado Matthew. Sobre el conflicto bélico, en el que murió su yerno, Agatha Christie comentó que uno se queda con la horrible sensación de que la guerra no arregla nada, que ganarla es tan desastroso como perderla.

Sus novelas policiacas, la parte más importante de su obra, se caracterizan por sus inesperados desenlaces. Hay personajes de su creación que han alcanzado fama mundial, tales como el célebre detective belga, Hercule Poirot, o la anciana solterona Miss Marple.

Es la escritora más traducida del planeta, y es que sus obras se han traducido a 103 idiomas y dialectos, y, con cerca de 4000 millones de libros vendidos en todo el mundo, es también el autor que más ejemplares ha vendido de sus obras, por delante de su compatriota William Shakespeare, o de la mimísima Biblia.

Gran parte de sus obras han sido adaptadas al cine y a la televisión.


En septiembre de 1960, celebró sus 70 años yendo a la ópera y regalándose una gran cena, sus dos pasiones, junto con su familia. Poco después, la UNESCO anunció oficialmente que era el autor más vendido del mundo. Y aunque al cumplir años su producción disminuyó en cantidad, no lo hizo sin embargo en calidad ni en ventas.

Su marido Max Mallowan, ya un insigne arqueólogo, fue ennoblecido por la reina y Agatha Christie pasó a ser entonces Lady Mallowan.

En 1961 fue nombrada miembro de la Real Sociedad de Literatura, así como doctora honoris causa en Letras por la Universidad de Exeter.

En 1970, la conmemoración de su 80 cumpleaños fue magnífica: la pintó el célebre Oscar Kokoschka, posó para el Museo de Cera de Madame Tussaud y fue agasajada de forma memorable. Tras las fiestas, entró en una etapa de deterioro físico. Su corazón empezó a fallar y sufrió dos grandes caídas, aunque su mente siguió despierta y aún tuvo fuerzas para publicar seis novelas y estrenar dos obras teatrales.

En 1971 se le concedió el título de Dama del Imperio Británico en reconocimiento de su obra, de modo que disfrutó de dos títulos nobiliarios, uno por su marido y otro por ella misma. Agatha Christie se sentía feliz y, siempre irónica, comentó: "¡Es un triunfo para la mala literatura!", en alusión a aquellos críticos que siempre la menospreciaron como escritora.

Agatha Christie Mallowan murió de causas naturales el 12 de enero de 1976, a la edad de 85 años, en Winterbrook House, Cholsey, cerca de Wallingford, Oxfordshire, y está enterrada en el cementerio de la iglesia de St. Mary, en Cholsey.

Fue una mujer que disfrutó plenamente de la vida, sin seguir los mandatos de la sociedad a pesar de que fue criada bajo las rígidas costumbres victorianas de la época.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

magnífica publicación

Anónimo dijo...

Muy interesante la publicación, me encanta leer a Agatha Cristie, sus novelas no pierden actualidad y siempre cactan la atención, tienen intriga y suspenso. Nunca me cansaré de leerlas.

Anónimo dijo...

Me leí la mayoría de novelas de Agatha Christie de joven. Creo que es buen momento para seguir leyéndolas.

Anónimo dijo...

Una increíble mujer, una mente maravillosa y citándola "Un triunfo para la mala literatura"
Agatha♥

Anónimo dijo...

me encanto mucho me inpreciono

Anónimo dijo...

nunca me e inpresionado tanto

Anónimo dijo...

La mejor