Tras una llamada telefónica la mecanógrafa Sheila Webb es contratada para trabajar en la casa de una invidente, Miss Pebmarsh, pero cuando Miss Webb acude a prestar sus servicios se tropieza con el cadáver de un individuo al que jamás ha visto.
La historia se enreda aun más cuando la anciana invidente regresa a su casa y declara no haber llamado a la agencia de Miss Webb, además, han aparecido unos relojes, colocados seguramente por el asesino en la casa de la anciana Pebmarsh, asimismo, todo ello se verá mezlado con una trama de espionaje protagonizada por el agente Colin Lamb.
Finalmente, Hercule Poirot, ya mayor y con unos hábitos de vida más sosegados, descubrirá al asesino sin moverse de su casa, y es que en esta obra el detective belga se convierte en un mero espectador de la vida, entretenido y preocupado por mantener sus neuronas en forma a través de la resolución de enigmas planteados por la lectura de novelas policiacas.
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