En esta obra la escritora británica incluye once relatos breves protagonizados por el detective belga Hércules Poirot, y narrados por su fiel compañero, el Capitán Hastings. Asimismo, muchas de las historias cuentan con la participación del Inspector Jefe de Scotland Yard Japp.
Son casos de los más diversos tipos: robos, raptos y asesinatos que Poirot resuelve con cierta facilidad, utilizando siempre sus formidables “células grises”.
Los títulos y argumentos de los relatos que componen este libro son:
Son casos de los más diversos tipos: robos, raptos y asesinatos que Poirot resuelve con cierta facilidad, utilizando siempre sus formidables “células grises”.
Los títulos y argumentos de los relatos que componen este libro son:
- La aventura de la Estrella del Oeste.
Poirot recibe la visita de Mary Marvell, famosa estrella de cine norteamericana que se halla de visita en Londres. La actriz ha recibido tres cartas de manos de un ciudadano chino en las que se le exige devolver su magnífico diamante, el “Estrella del Oeste”, al lugar donde supuestamente pertenece (el ojo izquierdo de un ídolo) antes de la próxima luna llena. Pero Mary va a acudir a Yardly Chase, el hogar de Lord y Lady Yardly, pocos días antes de la luna llena para discutir el rodaje de una película, y está decidida a lucir allí el diamante. Ademas, los Yardly poseen un diamante idéntico, el “Estrella del Este”.
Poirot decide acudir a Yardly Chase, y una vez allí, las luces se apagan, Lady Yardly es atacada por un hombre chino y su joya robada. Al día siguiente, la joya de Mary es robada también en su hotel de Londres.Pero Poirot llevara a cabo sus investigaciones y devolvera a los Yardly su joya.
- Tragedia en Marsdon Manor.
Poirot ha sido requerido por un amigo, director de la Northern Union Insurance Company, para investigar el caso de un hombre de mediana edad muerto a causa de una hemorragia interna pocas semanas después de asegurar su vida por 50.000 libras. Hay rumores de que el hombre, Mr. Maltravers, estaba en dificultades financieras y se sugiere que pagó las cuotas del seguro y después se suicidó en beneficio de su joven y bella esposa.
Poirot y Hastings viajan a Marsdon Manor, en Essex, donde el hombre fue encontrado muerto en el suelo junto a un pequeño rifle. El médico local asegura que la muerte de Mr. Maltravers se produjo por causas naturales. Interrogan a la viuda y no encuentran nada extraño. Ya se están marchando cuando llega un hombre joven, el Capitán Black, quien, según un jardinero, acudió la casa el día anterior al suceso. Poirot entrevista a Black y, haciendo un juego de asociación de palabras, descubre que, durante un viaje a África, el hombre supo de alguien que se suicidó con un rifle…
- La aventura del piso barato.
Hastings se halla en la casa de un amigo junto con otras personas cuando la conversación comienza a girar entorno a la dificultad de encontrar casa en Londres a un precio razonable. Entre los presentes está una pareja joven, los Robinson, y ella cuenta que han conseguido encontrar un piso en Knightsbridge por un alquiler increíblemente bajo.
Al día siguiente, cuando Poirot sabe de tan extraño hecho, se siente inmediatamente interesado y comienza a investigar. Cuando Hastings y él van al bloque de edificios donde se encuentra el piso en cuestión, el portero les cuanta que los Robinson llevan seis meses viviendo allí, a pesar de que Mrs. Robinson le dijo a Hasting que acababan de firmar el contrato. Poirot decide alquilar otro piso en el mismo edificio y, usando el montacargas, consigue entrar en el apartamento de los Robinson y manipula los cerrojos de forma que puedan entrar allí cuando quieran. Al día siguiente, Poirot le dice a Hastings que Japp le ha informado del robo de unos importantes planos de la Marina de los EEUU a manos de un italiano llamado Luigi Vardarno, quien consiguió pasárselos a una espía internacional, Elsa Hardt, antes de ser asesinado en Nueva York.
- El misterio de Hunter's Lodge.
Poirot se halla en cama a causa de un catarro cuando Hastings y él reciben una visita de Mr. Roger Havering, segundo hijo de un barón, casado con una actriz desde hace varios años. Mr. Havering se hallaba en su club de Londres cuando recibe un telegrama de su mujer informándole de que su tío, Harrington Pace, fue asesinado la noche previa y le solicita que acuda con un detective.
Como Poirot se halla indispuesto, es Hastings quien se dirige con Havering a la escena del crimen, un aislado terreno de caza en Derbyshire propiedad de Mr. Pace, americano de nacimiento y hermano de la madre de Mr. Havering. Cuando Hastings y Havering llegan, se encuentran con el Inspector Japp, que se hace cargo de la investigación para Scotland Yard. Como Havering es requerido por Japp para responder algunas preguntas, Hastings habla con el ama de llaves, Mrs. Middleton, quien le dice que la noche previa acudió un hombre de barba negra a ver a Mr. Pace. Mrs. Havering y ella se hallaban fuera de la habitación en la que se encontraban los dos hombres, cuando de repente escucharon un disparo. La puerta de la habitación estaba cerrada con llave pero encontraron abierta la ventana que daba al exterior y, tras saltar por ella, encontraron a Mr. Pace muerto a causa de un disparo efectuado con una de las dos pistolas que cuelgan de la pared y que ahora ha desaparecido, junto al hombre de la barba negra.
Hasting telegrafía a Poirot, estableciéndose entonces una secuencia de exposición de hechos e instrucciones que al final permitirán descubrir al asesino.
- El robo del millón de dólares en bonos.
Poirot es requerido por la prometida de Philip Ridgeway para que pruebe su inocencia. Ridgeway es el sobrino de Mr. Vavasour, codirector general del London and Scottish Bank, y un millón de dólares en bonos han desaparecido cuando estos se encontraban bajo su custodia. Poirot se reúne con Ridgeway para que le exponga los hechos del caso: su tío y el otro director general del banco, Mr. Shaw, le encargaron que hiciera cargo del traslado de un millón de dólares en bonos Liberty a Nueva York, con el fin de ampliar las actividades del banco allí. Los bonos fueron contados en presencia de Ridgeway en Londres, empaquetados y seguidamente puestos en una maleta que contaba con un candado especial. El paquete desapareció pocas horas antes de que el barco en el que Ridgeway viajaba, el Olimpia, atracara en Nueva York. El candado presentaba signos de haber intentado ser forzado, pero fue abierto con la llave. Los pasajeros fueron sometidos en seguida a registro, pero no se encontró nada. El ladrón vendió los bonos en Nueva York tan rápido que un comprador juró haberse hecho con algunos antes de que el barco atracara. Poirot interroga a los dos directores del banco, quienes confirman las palabras de Ridgeway. Entonces viaja a Liverpool, adonde el Olympia ha regresado de Nueva York; allí interrogará a un camarero del barco y, como no podría ser de otra manera, dará con la solución final.
- La aventura de la tumba egipcia.
Poirot es consultado por Lady Willard, viuda del famoso egiptólogo Sir John Willard, arqueólogo principal de una excavación en la tumba del faraón Men-her-Ra, junto con el financiero americano Mr. Bleibner. Ambos hombres mueren en apenas dos semanas de diferencia, Sir John de un fallo cardíaco y Mr. Bleibner por un envenenamiento en la sangre. Apenas unos días después, el sobrino de Mr. Bleibner, Rupert, se suicida de un disparo, y los periódicos comienzan a saturarse de historias acerca de la maldición egipcia.
El hijo de Lady Willard, Guy, se ha marchado a Egipto para continuar el trabajo de su padre, y Lady Willard teme que él sea el próximo en morir. Para sorpresa de Hastings, Poirot declara creer en el poder de la superstición y acepta hacerse cargo del caso. Su primer paso es telegrafiar a Nueva York para obtener detalles referentes a Rupert Bleibner, y averigua que el joven estuvo una temporada viajando por los mares del sur y, finalmente, consiguió que le prestaran el suficiente dinero para viajar a Egipto, donde le comentó a alguien que tenía un “buen amigo” que le prestaría dinero. Una vez allí, su tío se niega a darle un penique y el sobrino acaba regresando a Nueva York, donde se suicida tras dejar una nota en la que declara ser “un leproso y un descastado”.
Poirot y Hastings deciden viajar entonces a Egipto y unirse a la expedición, donde al llegar se encuentran con que ha tenido lugar otra muerte, la de un americano, a causa del tétanos. Poirot investiga y siente cada vez más la fuerza maligna del lugar, lo cual no le impide hacer uso de sus pequeñas células grises para encontrar una relación entre tan repentinas muertes.
- Robo de joyas en el Grand Metropolitan.
Poirot y Hastings se alojan en el Grand Metropolitan Hotel, en Brighton, donde coinciden con Mr. y Mrs. Opalsen. Él es un rico corredor de bolsa que ha amasado una fortuna con el boom del petróleo, lo que aprovecha su mujer para coleccionar joyas. Ella ofrece a Poirot enseñarle sus perlas y va a su habitación a por ellas, pero estas han sido robadas y, como no podía ser de otra manera, le piden ayuda a Poirot. Únicamente dos personas han estado en la habitación desde que las perlas fueron vistas por última vez: la doncella de Mrs. Opalsen, Celestine, y la camarera del hotel. Ambas chicas son interrogadas y se acusan del robo mutuamente. La estancia tiene una habitación lateral donde duerme Celestine y una puerta que da a la habitación de al lado. Ambas chicas estuvieron a la vista la una de la otra excepto en dos pausas de veinte y quince segundos, respectivamente, en las que Celestine fue a su habitación (no el tiempo suficiente para sacar de la cómoda el joyero, abrirlo, sacar las perlas y devolver la caja). Ambas son registradas pero no se encuentra nada.
Tras registrar exhaustivamente las habitaciones, se localizan las perlas bajo el colchón de Celestine. El caso parece cerrado, pero Poirot le dice a Hastings que las perlas encontradas son falsas. Tras realizar Poirot las oportunas pesquisas, las verdaderas perlas serán encontradas.
- El rapto del primer ministro.
Hacia el final de la Gran Guerra, Hastings discute en su apartamento con Poirot la noticia del día: nada menos que el intento de asesinato del primer ministro de Inglaterra, David MacAdam. Pronto son interrumpidos por dos importantes visitantes: Lord Estair (presidente de la Cámara de los Comunes) y Bernard Dodge, miembro del gabinete de Guerra. Le solicitan a Poirot su ayuda en un asunto que, presumiblemente, provocará una crisis nacional: el primer ministro ha sido raptado a pocas horas de la celebración de una importante Conferencia Aliada en Versalles, abocada al fracaso sin su presencia, y cuyos detalles acerca de fecha y lugar conocen muy pocas personas.
El secuestro ha tenido lugar en Bolonia, donde tras cruzar el Canal desde Dover, el primer ministro se subió a lo que él creía su coche oficial, que se suponía íba a llevarle de camino a la casa del Comandante en Jefe, y de ahí a París al día siguiente. El verdadero coche oficial es encontrado en una cuneta con su conductor y un ayudante de campo atados y amordazados; mientras Lord Estair y Bernard Dodge le exponen a Poirot los hechos, les llega la noticia de que el coche falso también ha sido encontrado, con el Capitán Daniels, secretario del primer ministro, cloroformado y amordazado dentro. Murphy, chófer del primer ministro aún se encuentra en paradero desconocido.
Poirot quiere saber todos los detalles del tiroteo que intentó acabar con la vida del primer ministro y al que nadie parece relacionar con el rapto, y le cuentan que éste tuvo lugar al regreso del Castillo Windsor cuando, acompañado una vez más de Daniels y Murphy, el coche se desvió por un camino lateral y fue rodeado de hombres enmascarados. El asunto es grave y el tiempo apremia, por lo que Poirot y Hastings se ponen en marcha para tratar de lograr que la presencia del primer ministro en la Conferencia Aliada de Versalles sea posible.
- La desaparición del Sr. Davenheim.
Poirot y Hastings invitan a Japp a tomar el té en su casa, y la conversación comienza a girar en torno a la reciente desaparición de un banquero, Mr. Davenheim, de su gran mansión de campo, The Cedars. Poirot se apuesta con Japp 5 libras a que será capaz de resolver el caso en una semana sin moverse de su silla, siempre y cuando él le tenga al tanto de todos los hechos del caso.
Japp le pone al corriente: Davenheim llegó a casa el domingo a mediodía. Todo parecía normal, y el banquero salió a llevar unas cartas a Correos por la tarde, añadiendo que esperaba un visitante por un asunto de negocios, Mr Lowen, quien debería esperar en su estudio hasta que él regresara. Pasan las horas y Mr. Davenheim vuelve a casa, y no hay rastro de él en ninguna parte. La policía es telefoneada y al día siguiente se descubre que la caja fuerte del estudio de Davenheim ha sido forzada y su contenido (dinero, una gran cantidad en bonos y una sustancial colección de joyas) robado. A pesar de haber estado varias horas en su estudio, Lowen no ha sido arrestado, únicamente es sometido a vigilancia por la policía. Los motivos de la visita: discutir un negocio en Sudamérica con Mr. Davenheim, quien había viajado a Buenos Aires el otoño anterior.
A Poirot le interesa el hecho de que la casa cuenta con un lago que, según Japp, será fondeado al día siguiente; Japp le informa también de que Mr. Davenheim luce pelo largo, mostacho y una espesa barba. Según se van presentando los hechos y apareciendo las pistas, Japp va informando a Poirot, el cual, al final… gana las 5 libras de la apuesta.
A Poirot le interesa el hecho de que la casa cuenta con un lago que, según Japp, será fondeado al día siguiente; Japp le informa también de que Mr. Davenheim luce pelo largo, mostacho y una espesa barba. Según se van presentando los hechos y apareciendo las pistas, Japp va informando a Poirot, el cual, al final… gana las 5 libras de la apuesta.
- La aventura del noble italiano.
Mientras Poirot y Hastings están en su apartamento disfrutando de la compañía de su vecino, el Dr. Hawker, el ama de llaves del médico, Miss Rider, llega con el recado de que un cliente, el conde Foscatine, le ha llamado suplicando ayuda. Poirot y Hastings deciden acompañar al médico al piso de Foscatine en Regent’s Court, donde el encargado del ascensor niega ser consciente de ningún problema alegando que Graves, el empleado del conde, abandonó el edificio media hora antes sin ningún indicio de que algo fuera mal. El piso está cerrado pero el encargado del edificio lo abre para ellos. Dentro, encuentran una mesa puesta para tres personas con los platos vacíos. El conde está solo y muerto por una herida en la cabeza causada con una pequeña estatua de marfil. A Poirot le interesan los restos de comida, asi que procede a preguntar al personal de cocina del edificio sobre lo que se sirvió para la cena y lo que sobró. Poirot parece realmente intrigado por el hecho de que los comensales apenas probaron el postre.
Graves, el sirviente, les cuenta que Foscatine recibió la visita de dos personas la noche anterior, ambos italianos, el Signor Ascanio de unos 40 años y otro hombre de unos 24. Graves, que escuchó a escondidas parte de la conversación, oyó amenazas, y declara que el conde invitó a los dos hombres a cenar al día siguiente. El Signor Ascanio es arrestado, pero tres hechos llaman la atención de Poirot: el café de la cena es muy negro, el postre está apenas sin tocar y las cortinas no están corridas. Tres hechos que, madurados convenientemente, llevan a Poirot a dar con el asesino.
- El caso del testamento desaparecido.
Poirot recibe una extraña petición de Miss Violet Marsh, quien tras quedar huérfana a los catorce años de edad se fue a vivir con su tío Andrew, regresado recientemente a su gran casa de Devon tras hacer fortuna en Australia. Él tiene una mentalidad anticuada en lo que concierne a la educación de las mujeres y se opuso a que su sobrina se enfrascara en el estudio, a lo que Violet se rebeló, consiguiendo ser admitida en Girton College nueve años atrás. A pesar de todo, mantuvo una relación cordial con Andrew Marsh, y tras el reciente fallecimiento de éste, descubre un testamento con una extraña cláusula: Marsh ha dado instrucciones de que su sobrina puede vivir en su casa durante un mes, y en ese tiempo tiene que probar su supuesta inteligencia. Si no lo consigue al final de ese tiempo, todos sus bienes pasarán a instituciones de caridad y ella se quedará sin nada.
Al igual que Miss Marsh, Poirot está convencido de la existencia de un segundo testamento o una suma de dinero escondida en la casa y acepta buscarla. Al viajar a Devon, Poirot y Hastings buscan a Mr. y Mrs. Baker, encargados de las tareas de la casa de Andrew Marsh; ellos le cuentan a Poirot haber sido los testigos del testamento de Marsh, dos testamentos en realidad, puesto que Mr. Marsh había cometido un error en la redacción del primero y se había hecho necesario hacer uno nuevo. Examinando la casa, Poirot queda encantado con el orden y método de Mr. Marsh, salvo por una excepción: la llave del escritorio.
Al final de la historia, Miss Marsh demuestra que probó su inteligencia de la mejor manera posible: contratando a Poirot para hacerse cargo del caso.
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