miércoles, 17 de septiembre de 2008

Un puñado de centeno

Rex Fortescue, rico hombre de negocios, cuya fortuna se ha edificado sobre una total falta de escrúpulos, muere repentinamente una mañana en su despacho, después de beberse el té que le ha preparado su secretaria. Todo parece indicar que ha sido envenenado.

En inspector Neele, que se hace cargo del caso, se siente desconcertado ante algunos aspectos oscuros. En primer lugar, el veneno utilizado parece haber sido extraído del fruto o de las hojas de un árbol, el tejo, y sus efectos son retardados. Por otra parte, el inspector no encuentra explicación al hecho de que el muerto llevase el bolsillo de su chaqueta lleno de granos de centeno. Indagando un poco más, Neele descubre ciertos trapos sucios de la familia Fortescue y se da cuenta de que varias personas del entorno de la víctima tenían razones para desear su muerte.

Su investigación se complicará aún más cuando se produzcan nuevos asesinatos. La intervención de miss Marple, con su habilidad para relacionar hechos aparentemente inconexos, será crucial para que Neele consiga llegar hasta el fondo del asunto.

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